Suspiro. Lo tengo sentado al lado. Me aburro. Ya recurrí al recurso más bajo de todos: pedirle a una amiga que me llame. Miro el reloj, falta al menos una hora para que eso suceda. Él habla y trato de ponerle la atención debida pero mi mente desvaría, no consigue atrapar a esta mariposa. Me aburro. Hombre de negocios: Toma la llamada delante de mi y pienso en Roberto Cantoral, en alterar un poco la canción "reloj, ya marca las horas por que voy a enloquecer...".
Distraigo la mente, desvío la mirada, poco me importa lo que hable con su interlocutor. Error, grave error. Llegaste volando como recuerdo y en ese instante sucedió dentro de mi algo que nunca antes había experimentado: se despertó una arpía vengadora.
Pensaba: ojalá y salgas con alguien y te aburras tanto como yo ahora, para que veas lo que se siente. Espero que estés como yo en este instante: encerrado, sin poder ser tú, tratando de controlar esa sensación de salir corriendo y poner esa cara aprendida por la educación de los padres donde finges interés y tratas de mirar a los ojos y de suprimir un bostezo. Que te sientas atrapado dentro de ti, que no encuentres el momento en la conversación donde puedas mostrar un poco de lo que hay detrás de la imagen que pretendes vender, donde haya risas forzadas y la mires y pienses "¿qué carajos hago aquí? Dime algo que me haga quedarme por gusto, no por compromiso, sorpréndeme, róbame una risa genuina, una sonrisa no estudiada, hazme ver que te "gira la ardilla", que hay algo para mi dentro de ese contenedor".
Me encantaría que sin que te des cuenta, mi recuerdo llegue a tu mente y que compares inevitablemente hasta llegar al punto sin retorno donde surge ese "algo" que te indica que vas a arrepentirte durante varios destellos en el tiempo, por sacarme de tu vida.
Deseo con todo ese resentimiento, recién descubierto en mi, que te repela su contacto, que no la desees cerca, que no tengas que reprimir las ganas o el nerviosismo de querer siquiera rozarla.
No tienes idea como disfrutaría saber que no llega a tus niveles intelectuales y que le falta tema de conversación para mantenerte medianamente entretenido y que busques algún pretexto para terminar esa "cita", así como yo, ahora, que ya no tengo deseo de estar aquí escuchándolo.
Sería un deleite que ella no congenie con tus manías, modos y modismos, que no pueda seguir los viajes de tu mente, que haga comentarios que te hagan sentir incómodo y fuera de lugar.
No, por favor, que no se acerque más. Tengo que poner distancia de por medio, entonces, abro mi abanico y saco un cigarro en clara muestra de desesperación y ansiedad, no por el placer de una grata charla, como contigo.
Entonces, saco un as debajo de la manga y digo que tengo un compromiso con mi amiga, que ya envió el mensaje y que tengo que irme.
Pide la cuenta al tiempo que decide descaradamente tratar de robarme un beso. No lo consigue. Nota mental: dejar de sentarme cerca de ventanales y plantas.
Se ofrece llevarme al lugar de mi encuentro y le digo que no, que prefiero un Uber. Tiene la osadía después de besarme a fuerza (¡imbécil, tú pudiste haber hecho eso y más y ni siquiera lo intentaste!).
Si, mi arpía de malos modos desea que tengas algunas citas así: aburridas. Que no tengas la oportunidad de salirte del personaje creado para llenar el cuadrito de lo que esperan de ti, de lo que "debes ser", que resultes metódico, mamón, aburrido. Que solamente te vean con cara de interés, de lo que puedes darles, no de lo que eres y lo que puedes ofrecer. Que sean cuerdas y con poca gracia, únicamente con los encantos propios de una dama, que su afinidad contigo sea por demás trivial.
Ve, conoce, compara, busca, encuentra, ilusionate, desengáñate, abúrrete a muerte, diviértete a medias, suspira, malviajate, vuelta alto, aterriza de golpe.
Véndete como lo hiciste conmigo, como un excelente político en campaña; promete.
Y si después de toda esa búsqueda infructuosa, descubres en el fondo de tu ser, que esta mariposa de mente dispersa, se encantó hasta con tus defectos, que sería genial compartir un café con ella, unas risas honestas y una conversación con cerebro; llámame, búscame.
No tardes mucho, me estoy cansando de esperar-te. El tiempo corre y si sucede lo peor, también tú, me resultarás aburrido.
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