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viernes, 20 de diciembre de 2013

¡Qué triste!

Si, de verdad qué triste.

En tres meses (o más para la fecha que esto sea publicado) no has tenido tiempo para invitarme un café o cuando menos para sentarte a platicar. Cierto, se me olvida que soy lo último en tu lista de "cosas" pendientes. Ahora que recuerdo, si tienes tiempo para ti y para los asuntos que realmente te son importantes, (prioritarios, me dijiste groseramente) para andar lejos de tus rumbos e investigar eventos extraños, para compartir tu tiempo con alguien más, para escribirle a otras personas, para comerte un pastel con un amigo y no dudaría que para ir al lugar donde yo quería ir contigo.

Qué triste que no tengas tiempo (y ganas o voluntad, aunque viniendo de mi, puedes esperar cualquier otra palabra menos esas) para cumplir tu(s) palabra(s). En realidad si tienes, el asunto, es que no tienes tiempo para mi.

Podría divagar o debrayar en mil motivos y tejerme telarañas mentales, pero es muy ordinario y no es mi estilo, pero soy cuenta cuentos, así que deja invento al menos uno (no del todo de mi imaginación, sino la de alguien más que lo supuso). 

Un buen día decidiste que yo sería una más en tu lista de múltiples conquistas, que me pondrías después en una cajita con un letrero de "prohibido tocar", que sería la de turno mientras conocías a cualquier otra ingenua que caería rendida ante tus encantos y llenaría tus tiempos vacíos o sentiste el maravilloso llamado del amor con su dosis de arrepentimiento por tu especial ex-novia "así como tu", dijiste y corriste a sus brazos. 

Qué triste, de verdad, que en tanto tiempo no hayas tenido siquiera cuarenta pesos para pagar un café o la humildad para derrotar a tu ego y aceptar mi invitación, cuando sabías que realmente era un placer para mi hacerlo ya que tuve un mes de café gratis y otras tantas monerías, como cine, teatro, restaurantes y demás. 

Qué triste, que sabiendo al momento exacto de los hechos la situación por la que estaba pasando, en tres ocasiones, no tuviste ni siquiera una pizca de empatía en tu ser, de solidaridad o siquiera de amistad, por que la palabra cariño te suena muy grande, decir amor, es hablarte en un idioma desconocido. 

Qué triste, de verdad, qué triste, que conociendo a la mujer que soy me trataras de la forma tan cruel, reprobable, con patanerías, alegando un pasado de una vida anterior para justificar tus groserías: "porque así era lo normal". 

Qué triste que jamás llegaran las supuestas líneas que escribiste para mi, claro, tienes otras prioridades (chasquido de dedos para reforzar la idea) antes que éste girasol que apostó todo a tu favor, cuando su mundo le decía que era la peor tontería que haría y que esa oscuridad no merecía mi luz y mucho menos mi amor inmenso e incondicional. Agradece a mi mente dispersa y distraída que no pusiera atención cuando a gritos me decían: no merece a una mujer como tu. Creo que las mariposas somos sordas o despistadas, no escuché o no quise hacerlo. 

Qué triste que me mintieras y endulzaras los oídos y los ojos y sacaras partido de mi capacidad de ensoñar y me ilusionaras, sabiendo que no harías algo por cumplir lo que decías. Qué poc...

Qué triste que no valores el amor que te di y el que me faltó por darte, los detalles, el tiempo, la intención de hacerte la vida más fácil y llevadera con mi simpleza, el haber rechazado la opción gratuita de darte el masaje, (que tengo el diplomado) y que a diferencia de cualquier otra persona, mi "plus" era eso: amor. 

Qué triste, que si te quito todo el encanto con el que te plasmé una y otra vez, todas esas cualidades idealizadas, esa pasión imaginada, esa inteligencia admirable, ese cuerpo tan deseable dueño de una integridad intachable, ese ser maravilloso que despertaba sensaciones en mi jamás antes sentidas por alguien, ese hombre convertido en dios e inmortalizado en azul, no queda más que un simple mortal que jugó con mis sentimientos, abiertamente demostrados hacia él, que me vio la cara de estúpida hasta que ya no pudo seguir mintiendo y cobardemente se alejó oculto en el silencio y se fue sin avisar. 

Qué triste que dentro de lo soñadora, loca y enamorada que estoy de la vida, del amor, del mundo que me rodea, de mis letras  y de letras ajenas, no sea capaz de inventarme la fantasía de una historia telenovelera. Si no escribes, no hablas, no apareces; es simple y sencillamente porque no quieres. Punto. 





miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿Listo?

¿Ya estás listo para convertirte

 en un imborrable eterno 

y buscarte en mis letras? 

Mi tinta azul se deslizará 

en lágrimas, dolor y gritos ahogados,

 pero llegará pronto el olvido.






lunes, 9 de diciembre de 2013

No eres, pero...

No eres un héroe, 
ni príncipe de cuento 
o guerrero de leyenda. 

No eres ni la mitad 
de lo que mis letras han creado 
y recreado con tu imagen en mente. 

Eso no impide que me muera por tus huesos, 
tu piel, 
tu ser, 
tu sexo, 
tu amor, 
literal y figuradamente. 


viernes, 29 de noviembre de 2013

3 a.m.

Y aquí estoy con mi viejo hábito de leer, al mismo tiempo que contemplo la luna entrar por el tragaluz de mi recámara y sé que cuando apague la luz, iluminará mi madrugada.

Si, reconozco que estoy distraída imaginando como hilvanar estrellas con hilos de plata, inventando historias que escribo en el techo, pensando en diamantes azules.

Algo me impide dormir. Puede ser que el libro me atrapó y no me deja marchar, un ataque de inspiración, el extremo cansancio que traigo acumulado, mi vuelo nocturno o simplemente el recuerdo absurdo de ti, que durante breve tiempo me mantuvo despierta en ocasiones en la espera de tu aviso de que ya habías llegado. 

Después, dejaba el móvil como de costumbre, sobre el buró, mi boca dibujaba espontáneamente una sonrisa, dejaba caer mis ideas locas acompañadas de mis rizos sobre la almohada, cerraba los ojos y conciliaba el sueño.

Tal vez es sólo un arranque de mi nostalgia amarilla por una historia inconclusa.

Polvo de hadas en tus pestañas, dulces sueños, linda madrugada y el más hermoso despertar.


Nite nite.



martes, 5 de noviembre de 2013

Tal vez no...

Tal vez no seas el príncipe azul 
ni yo la princesa encantada, 
tal vez no cabalgues en un corcel blanco 
ni yo vista de seda, 
tal vez no bailemos juntos nunca un vals 
o bebamos en copas de oro, 
pero sé que sólo un beso tuyo
despertará de su letargo 
a todos mis sueños dormidos.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Hace algunos años.

No tienes una idea 
de cómo me gustaría 
que un día despertaras 
y sintieras necesidad de verme 
y te faltara el aire 
solo de pensar 
que no estoy pensando en ti 
y que con desesperación 
empezaras 
a formar mi nombre en tu mente 
y después 
lo dejaras flotando en el aire 
perfectamente bien esparcido 
para que así, 
cuando te des cuenta de que no estoy contigo, 
respires
 y mi recuerdo invada todo tu ser.


03/05/98 
Brinanbb

miércoles, 30 de octubre de 2013

Misiva

Perdóname, amor, si ahora me alejo. 

Te esperé tanto tiempo, meses de espera en la nada, con la interrogante viva de ¿cuando?, esperé a que desearas besarme de nuevo, que quisieras tomarme en tus brazos, que desearas tenerme contigo, que llamaras una madrugada, que me llenaras de caricias, que fueras cotidiano, que dejaras de lado tu ego, que fluyeras conmigo, que reclamaras mi cuerpo como si fuera tuyo, que dejaras de jugar con mi amor. 


Esperé -tontamente- que me dijeras que me extrañas, que te hacían falta mis letras por las mañanas o en las madrugadas, que tuvieras un detalle conmigo o que me dieras sinceramente las gracias por los que tuve contigo pensados y planeados con tanto amor para ti, esperaba un mínimo gesto humano, que dejara ver a la persona observadora y sensible que eres. 


Me quedé esperando tus letras, esas que tanto mencionabas y decías tener ya escritas para mi. Hoy dudo de que sea cierto, de que seas capaz de escribir-me y de que realmente escribas esas seductoras letras que enamoran a tus lectoras. Tal vez solamente le escribes a lo que realmente te importa y dentro de esa lista, ni siquiera aparezco. ¿Cómo dijiste aquella tarde? Algo así como que tienes prioridades...dejando claro, que yo no aporto nada a tu vida. 


Perdóname, mi vida, por la necedad de quedarme donde no era requerida, solamente que yo te creí. Creí todo lo que habías dicho antes y creí también que sucedería. 



Hoy, dolorosamente entiendo que no estarás para mi, que poco te importa lo que siento y disfrutas decir y hacer cosas que sabes que me duelen, ¡qué cruel eres! 


Deseo para ti, como lo haré siempre, claridad en las decisiones que tomes, luz en tu camino, tiempo para ti, (dudo que no lo tengas, solo no quisiste compartirlo conmigo), deseos realizados, momentos felices y amor en cada uno de tus días.

jueves, 24 de octubre de 2013

Permiso

Mi vida, ha pasado cierto tiempo de...nada,
 de indefinición y distancia, 
de descortesías de tu parte, 
creo que te olvidaste de que soy un ser sensible
 y una mujer de carne y hueso.

Yo no, por eso, dadas las circunstancias 
de que no subes, no bajas, no fajas y no agasajas, 
te pido permiso 
para ir, bajar, fajar y agajasar con alguien más.

¿Puedo?


domingo, 20 de octubre de 2013

Desahogando mi ser.

De mi alma a tu alma, te escribo.

Mi ser siente la necesidad de desahogarse en letras y gritar calladamente a través de ellas, mi espíritu está agitado y no sé exactamente por que es, pero lo sospecho. 

Alguna vez te lo dije, tanto en letras como en palabras, puedo establecer lazos con las personas y sentir su energía a distancia, tu no eres la excepción. Se tejen hilos emocionales e invisibles, pero perceptibles con las personas, hay que saber tejer también, si sabes que te vas a enredar irremediablemente, no busques el hilo. Si sabes que puedes tejer y hacer de eso un hermoso telar, adelante, pero atente a las consecuencias. Eso me pasó contigo.

Mis ideas giran a mil por minuto y se revolucionan tanto que no sé exactamente por donde empezar. El principio sería que éstas letras deberían de ser enviadas a tu correo electrónico y ser totalmente privado, no será así, porque sé que eres incapaz de mandar una respuesta, anteponiendo una serie de pretextos tan repetidos ya. 

Soy una antena parabólica que capta energías y recibe todas las señales, en muchas ocasiones prefiero ignorarlas para transitar por el mundo tranquilamente y no percibir las emociones ajenas.

En algún momento mi energía se enredó con la tuya y eso ha ocasionado que me despierte a distintas horas de golpe, que de pronto sienta una soledad infinita acompañada de tristeza y a veces de enojo o de impotencia, que incluso me he despertado bañada en lágrimas sin sentirlo, veo el reloj y es obvio que eres tu.

Me dejaste entrar en ese muestrario de grises al negro que es tu alma, sabes lo que vi en tus manos y a través de ellas recorrí algunas de las delicadas fibras de tu alma y caminé en tu infierno. Sabes (porque sé que lo sabes), en que momento hice la conexión, que no es el  mismo, en el que entré de puntillas a ese ser que se escuda bajo una serie de capas para no mostrar lo lindo que realmente es.

Quedaron tantas cosas por decir-nos, lo correcto sería: decir-te.  

Te habitan aún, tantos fantasmas, que se aparecen en momentos donde no deberían. No sé si los demás lo perciban, pero a mi me lo gritas, cada poro de tu cuerpo me habla. 

Tienes una obsesión por controlar el tiempo y al menos a mi, me lo diste a cuenta gotas y no de calidad, sino el que te sobraba. Eres egoísta al pretender que las cosas sean como lo deseas, en tiempo, modo y forma. ¿Has notado el daño que puedes ocasionar en la gente que te ama realmente al actuar así? Si, que te ama. No la gente con la que convives a diario y que no les interesas realmente, que les da igual si te ven o no, si estás o no. Supongo que si y no te importa, es un medio para refugiarte atrás de las columnas que voluntariamente has levantado para no sentirte vulnerable, para aparentar tener un auto-control de tus emociones.

Ese "error" de quince años, como me lo has mencionado, no te lo compro, mi vida. Sé que es lo que te mantiene atado a esta aventura maravillosa que se llama vida y que hace que gires alrededor de ella, podría decir que es lo que te mantiene humano y un poco cuerdo. Atrás de tus comentarios, escucho hablar al amor y el disgusto de la separación física que tienes con ella, dejas traslucir la culpa y la impotencia de no poder solucionar las cosas.

Deja aventurarme a decir que conozco algunos de los motivos por los que actúas como lo haces, los entiendo, pero no los comparto y no los acepto, al menos no aplicados conmigo.

Me conoces en aspectos que mucha gente no tiene ni idea, sabes la mujer que soy a través de mis letras, a nadie antes le he escrito como a ti, de manera personal y mucho menos mandar un sms que no sea para avisar que voy en camino o alguna cosa similar, te doy el crédito de haberte mandado varios sólo por que pensarte me lo inspiraba y me provocaba hacerlo, aunque ninguno tuvo respuesta.

Sabiendo como soy, ¿cómo pudiste pensar que me sometería a un esquema y un juego mental que sigo sin saber como se juega? Sólo entiendo que es cruel y malicioso de tu parte, como si en el fondo quisieras hacerme daño y alejarme de ti porque te resulto peligrosa, por que puedo ver las cosas que no me dices, detectar una serie de mentiras en tu mirada, tu voz, tus gestos, tu respiración, tus manos, porque entro descalza a la parte hermosa y sensible que tienes y me topo con el hombre maravilloso que escondes bajo una fachada bien estudiada. 

Pretendes atrapar a esta mariposa feliz y mantenerla bajo la red, controlar los giros de éste girasol distraído, atenuar las luces del arcoiris luminoso que soy, mantener a raya mis sentimientos gitanos pretendiendo que sea fría e indiferente como tu, no puedo, mi vida, soy un mar de emociones fluyendo constantemente.

Huelo tu miedo a abrirte totalmente conmigo y hacerme cotidiana, a endrogarte por el simple placer que conlleva eso, te rompo los esquemas y eso te conflictua, pero sabes que es mi estado natural y percibo que no sabes que hacer con tanto amor en tus manos y para ti.

Antes de que se me olvide, si algún día, como suele ocurrir, tu pequeña te reprocha mil cosas, dale mis letras, para que te vea con mis ojos y cambie su perspectiva acerca de ti y te conviertas por instantes, en el príncipe encantador del cual pueda buscar un patrón, no de la imagen del resentimiento que pueda tener. 

Tu concepto del tiempo y su relatividad, no pude entenderlo y menos la palabra "mañana", lo siento, cielo. Si te hubieras tomado la molestia de tratar de conocerme más sabrías por que no me doy el lujo de postergar tantas cosas, vivo en una carrera contra el tiempo desde hace años y por ahora, voy ganando.

Una vez más te lo digo, no le tengo miedo al amor ni a expresarlo, ni a que me rompan el corazón, ni a involucrarme, ni a enamorarme, ni a ceder tiempo y espacio con alguien más. Yo amo, yo fluyo, no quisiste fluir conmigo.

Si tu teoría es cierta, de almas viajeras a través del tiempo, si mi sonrisa y mi mirada te son tan familiares, si existen unos hilos invisibles que me atan a ti (de los cuales ya cortaste algunos), tienes la oportunidad de comprobarla. Si, tú, ya hice mucho y no he recibido realmente ni el cinco por ciento.

Esta mariposa posada sobre un girasol, te recuerda que si la necesitas, volará a tu encuentro, mientras tanto, como siempre, te deseo luz, armonía y amor en cada uno de tus pasos por la vida. 





sábado, 12 de octubre de 2013

Toma...

Toma éstas, mis manos,
Que son dos y que te quieren.
Guárdalas,
Plánchalas y dóblalas.
Ponlas cerca de ti,
Para cuando quieras sentirme.

Mira mis labios
Están húmedos y frescos
Ponlos en el refri
Y mantenlos allí
Para cuando tengas sed.

Si tienes frío
Usa mi piel, te la regalo.
Cubre con ella tu cama
Y si quieres
Déjala entrar en tus sueños
Para que sueñes conmigo.

Usa como bastón mi pasado
Que es tuyo,
Sostente de él
Cuando te canses de andar
Y de vivir en mundos que no son tuyos.

lunes, 7 de octubre de 2013

Café...

¡TÚ! Si, tú. 

Te me antojas, te deseo,
tengo unas ganas de tomarte 
como si fueras mi café.

Rico, dulce, caliente, aromático,
 con cuerpo y que me 
mantengas despierta toda la noche, 
darling. 




Una más.

Tal vez algún día leas lo que en tinta azul escribí para ti.

Espero que puedas encontrarte en mis letras e identificar cuáles son tuyas. 

Te aclaro, mi vida, es la visión a través de mis ojos, mi capacidad de idealizar mezclada con la ensoñación. Tendrías que haberlo visto, sentido y vivido de una forma al menos un poco similar a la mía para entenderlo. 

Te lo dije y lo repito, seré tu amiga incondicional, siempre. 



Gracias infinitas por todo lo que me quedaste debiendo, por la breve ilusión que creaste, por darme tinta, porque tu ego reafirmó mi valía y no puedo ni quiero cambiar mi forma simple y dulce de ser, que infortunadamente tu no te diste la oportunidad de apreciar y valorar. 

Gracias por no brindarme tu apoyo; ni moral ni físico cuando te lo pedí, en ese momento entendí que sólo fui un instante en tu vida y que, a diferencia de mi, eres incapaz de mostrar empatía y solidaridad, mucho menos afecto o cariño, ni hablar de amor. Gracias por no tocarme, por no abrazarme y menos rozarme, fue una forma no grata ni sutil de mostrar tu rechazo a mi ternura y de algún modo, no tendré que borrar tus huellas de mi piel.


domingo, 6 de octubre de 2013

"Nadie te va a querer como yo."

De eso hablamos la última vez que nos vimos, que realmente nos comunicamos, claro, a medias, no me dejaste terminar mis conceptos del todo. Esa costumbre tuya de dar por terminado un tema cuando das la última palabra definitiva de tu opinión sin dejar al interlocutor expresar su punto, se hizo presente como tantas veces. Seguramente por eso pedías que me comunicara por escrito. 

Me es conocida la frase porque la he escuchado muchas veces en boca de amigos y conocidos, yo no la he usado hasta ahora. No ataco a mi género, aunque a veces parece que si, es solo que tengo ideas un tanto distintas y no comparto el pensamiento.

"Nadie te va a querer como yo". Cierto. No se puede querer igual ni de la misma forma, todos tenemos un sentir distinto. Aunque claro, si nos ponemos del lado del ego y la soberbia, es comprensible decir eso. 

Es difícil ver a la persona que una vez se amó con alguien más, o no es necesario verla, simplemente saberla con alguien y saberla feliz. Es cuando ataca la vanidad de decir que "no es mejor que yo" y (tengo que hablar en primera persona para poderle dar continuidad, aunque no pienso así) ponemos una serie de "argumentos" para darle validez a eso. Y entra una etapa "yo-yo". "Yo te aguantaba, yo te hacía, yo te quería, yo, yo, yo". Tapamos nuestros errores con una capa de resentimiento escondido en un heroico, dramático y memorable momento donde con el nudo en la garganta decimos esa frase de sentencia: "Nadie te va a querer como yo". (Música de fondo: Besos brujos, en voz de Libertad Lamarque. Siempre lo he dicho, todo drama necesita un tango). 

Aunque claro, durante la situación de dolor no hacemos conciencia de la obviedad de las cosas, pese a que la realidad nos grita: "todos somos diferentes y sentimos diferente, por eso nadie puede quererlo/a como tú". Con el tiempo se entiende y no faltará algún masoquista que se clava en esa idea por años.

Somos humanos cometiendo humanidades y eso provoca esa reacción egoísta  y de falsa seguridad de que somos mejores que la otra persona que ahora ocupa su corazón y mente y duele saber que "nos cambiaron" por alguien que "no te va a comprender, querer, conocer, soportar (poner aquí el verbo que se adecue a la situación) como yo".

Te doy mi opinión completa, mi vida. 

No comparto esa idea para nada. Cada persona de acuerdo a su situación de vida tiene una forma de amar, lo ideal sería que fuera similar para todos y que tuviéramos el mismo nivel de crecimiento espiritual para entenderlo, pero no es así.

Todos tendríamos que tener el mismo concepto de amor, como amor universal, para poder interactuar mejor en este planeta azul y convivir en armonía con los seres que comparten el mismo espacio-tiempo, pero tampoco es así.

Los hermosos hombres que han compartido su vida conmigo durante algún tiempo, me han dejado cosas lindas y positivas, crecimiento interior, recuerdos memorables y -no todos- inspiración y tinta. 

Tú y la gente cercana a mi, saben de que forma me expreso de la gente en general, incluyendo a aquella a la cuál le di el permiso de lastimarme, no puedo ni me nace desearle mal a alguien que pasó por mi vida y cumplió su ciclo. 

No somos ni mejores ni peores que la persona que comparte la vida del ser que amábamos o aún amamos, solamente no somos los indicados para el tiempo, lugar y circunstancia, si lo fuéramos, estaríamos ahí. Puede ocurrir que en las vueltas del mundo regresemos a donde estábamos y se pueda escribir la historia.

Hay quien nos marca la pauta a seguir y aprendemos de nuestros errores y de nuestros aciertos, hay quien deja heridas profundas que no nos atrevemos a curar por que el proceso de sanación será doloroso y preferimos dejar la cicatriz viva, hay quien nos hizo inmensamente felices y cometemos el error de compararla con las siguientes personas que entran a nuestra vida, lastimándolas en el trayecto, hay quien nos lastimó tanto que ponemos barreras infranqueables y limitamos nuestro amor por el miedo a sufrir de nuevo.

Para mi, lo realmente importante, es perdonar y liberar y seguir amando como si fuera la primera vez, sin miedo, con toda la ilusión y esperanza, sin condiciones, sin ataduras, día a día, creando nuevos recuerdos y vivencias, a fin de cuentas, eso es la vida; un renacer todos los días por la mañana, una nueva oportunidad de crecer como seres humanos y ser más humanos.

Tal vez no suene coherente decir que sea la primera vez, pero lo es. Es la primera vez que tienes la oportunidad con un nuevo ser, la primera vez que lo besas, que te ves reflejada en su mirada, que tienes vivencias que serán recuerdos, discusiones, situaciones cotidianas. Puedes tener una rutina bien establecida, pero será la primera vez que la compartas con ella/él y esa rutina, tendrá algo diferente.

Así que atendiendo a mi lógica y al tema tratado, tengo que decirte, mi vida, que espero que nadie te ame como yo.

Si, de ésta forma loca y atolondrada que tengo para transitar por el mundo, interactuando con cualquier ser vivo que me atraviese y regando miel por que es parte de mi naturaleza, cantando en todas partes y bailando si escucho música sin importarme el lugar, compartiendo risas y sonrisas a mi alrededor, diciendo cualquier sandez cuando menos lo esperas y aún cuando la otra persona no imagina que babosada va a escuchar de mi voz, llorando con cualquier cosa que ataque a mi sensibilidad a flor de piel. Tirando, derramando, rompiendo, moviendo cosas a mi paso por que a veces la coordinación de mi pies no se pone de acuerdo con los objetos que me rodean y el piso decide moverse a mi paso o perdiendo u olvidando cosas. 

Que nadie te ame en letras, en azul y en prosa, puede ser demasiado revelador e íntimo, aunque viniendo de mi, es demasiado público. Entonces, que no te ame a gritos escritos donde todo el mundo se entera, literal. Que no te ame en detalles pensados en ti y en tus gustos, en canciones, en palabras inventadas, en planes improvisados, en disposición de TU horario, que no te espere cuando salgas de trabajar, ni se desvele escribiéndote, que no entienda y no comparta tus ideas locas, que sea "normal".

No es que yo sea anormal, pero de preferencia que no te amen con mariposas ni que hablen con ellas, que no puedan desnudar tu alma y descubrir tus secretos al tocarte las manos o como yo, nada más de verlas, que no lean tus ojos ni entiendan tu mirada para que mantengas tu misterio intacto y que no entren en tu campo energético, eso de sentirte en las madrugadas y despertar de golpe no siempre es grato y menos aún cuando estás preocupado.

Que nadie te ame tan "cursimente" como yo, con estrellas y lunas, en tiempo sin tiempo, con simpleza total, incondicionalmente, con sonrisas bobaliconas, con sentimentalismos baratos y sin esperar algo a cambio, que te vean como un cuerpo más con el cual tener una aventura sexual, no como yo, que te lo veo amable, entendiendo por amable, que es digno de ser amado. 

Si, definitivo, que nadie te ame como yo. Que te amen como tu quieres, a tu forma, modo y tiempo, con fecha de caducidad y atendiendo a tus juegos mentales. Como tu dices, que no se enamoren y así te evitas la pena de lastimar a alguien y de hacer el intento de enamorarte también. 
   
Tengo la certeza absoluta de que llegará ese alguien que no invada tu galaxia.

Te lo dije antes, te lo repito ahora, una vez más, por escrito: pase lo pase y gire hacia donde gire el mundo, mi conexión contigo en este universo es permanente y estaré para ti en el momento en que me necesites, conoces mi capacidad de olvido y de perdón, sólo tienes que quitar las hojas de la alcachofa para llegar al corazón. 






domingo, 29 de septiembre de 2013

La tonta que te amó


Si, esa fui yo. 
No tengo reparos o problemas en confesarlo, es verdad.



Al principio, no me resultabas interesante y atractivo, es más, no sabía que existías hasta que me hablaste. 



Ésta es mi versión de la historia.


No, estará distorsionada por que mi mente dispersa y romántica le pondrán detalles de cuento de hadas y música de fondo, a fin de cuentas, soy la princesa caramelo. 


Objetividad, no creo, la perdí cuando voló la primera mariposa. Digamos que será una explicación -o justificación- de mi razón para enamorarme de ti. 



No me importa que eleves tu ego (más aún) y que me agregues a tu colección de mujeres. Ya sabrás porqué.



¿Qué me llamó la atención de ti? Un detalle tan pequeño y tal vez cotidano, pero de eso se hace la vida. Un momento donde te acercaste y me hablaste cerca del oído, me gustó el tono de tu voz en ese gesto. ¿Qué dijiste? Lo recuerdo perfecto, pero no te lo diré. Ya había pasado antes, pero en ese instante, te sentí. 



Tu aroma, la loción combinada contigo me resultó deliciosa. 



Tus manos, la forma en que hablan por si solas y cobran independencia para decir lo que tus palabras no dicen. 



Tu mirada, la manera en que de pronto cambió cuando me veías y mostrabas -aún lo haces- un prisma de emociones descifrables para mi. 
Tu risa, en el momento que descubrí que te la robaba, a veces sin el permiso de ti mismo, que igual que la sonrisa, de pronto, se dibujaba. 



Tu mente, con ideas muy similares a las mías y que me producían una sensación de confort, de tranquilidad, de saber que alguien más puede volar conmigo y que le parezca natural. Donde mi "rareza" se sentía en casa y pude dejarme fluir y hacer y decir cosas que generalmente, no puedo. 


Eso fue lo que me atrapó por completo. 


Más allá de un cuerpo que al mío le resulta demasiado atrayente, como si fuera un imán y provoca sensaciones que no había sentido antes con alguien más, fue el sentirme en mi espacio.


Tu coraza impenetrable -en apariencia-  tu halo de misterio, tus barreras infranqueables, lo cuadrado y necio que puedes ser, tu rigidez, tu seriedad, todo eso lo tiré a la basura cuando un comentario mío te arrancó una risa nerviosa y tus palabras siguientes demostraron que había algo más que una fachada de conquistador cotidiano.


Si, estaba estúpidamente enamorada de ti. Hubieras podido hacerme lo que quisieras y tenerme idiotizada por ti, por tiempo indefinido.
Supongo que un buen día al verme alelada decidiste que no era conveniente para tu plan de vida y mostraste tu lado oscuro. Ahí tuve que haber corrido y contra toda sensatez, me quedé.



No entendí el mensaje o no lo quise hacer. Mi mente embrutecida no carburó que no me querías contigo ni para ti.



Acepté toda clase de excusas y pretextos para no verme, las justifiqué: te justifiqué. 



Y una tarde, en dos minutos, tiraste mi enamoramiento a la basura. 



Soy quien soy, lo sabes. Me desbordo en miel y detalles y lo hice contigo. Fue inevitable. Me nacía, me vibraba. Me encantaba recibir correos tuyos con regularidad, mensajes de texto y sentir que en algún momento del día te acordabas de mi.



Tuve que haberme alejado a tiempo, cuando tus actitudes me lo gritaban, cuando no había respuestas a mis letras de ninguno de los modos posibles, pero tuve que quedarme para aprender. 



Dejé el enamoramiento para amarte. Así, tal cual, el paquete completo. 
¿Sabes? Me hubiera ido contigo al infierno si lo hubieras pedido. Pero el hubiera no existe y el haiga, tampoco.



Ahora, por fin, estoy donde quieres: fuera de tu vida. Ya lo entendí. 



Me quedé con las ganas de tantas cosas contigo. Cosas que dijiste que se escucharon tan lindas, tus "futureadas", tus comentarios hacia mi. Nunca te leí, no llegaron las letras que durante meses mencionabas.  En fin, palabras al aire que volaron cual mariposas, seguramente habrá a quien se las hagas realidad. 



Tal vez el saber esto reafirme y engrandezca tu ego, no me importa, repito, ser una más de tu colección, sé lo que valgo. Por el resultado de la mezcla tu-yo, parece como si le dijeras lo mismo a todas, como si actuaras igual con todas, como si realmente ninguna fuera realmente "especial" y única, como si alguna no fuera capaz de ser merecedora de tu tiempo y espacio, y claro, menos de tu afecto o amor. A excepción de quién algunas veces mencionaste y que lindamente, comparaste conmigo.



No le tengo miedo al amor ni a amar y menos a reconocerlo. Crecí y aprendí que quien huye del amor incondicional y genuino, todavía le falta mucho camino por recorrer. Negarse a algo tan natural por miedo oculto atrás de un "no me importa", herir con palabras y acciones, también con silencios, indica que hay mucho que perdonar. 


Yo sólo quería compartir mi alegría, pasión y amor por esta maravillosa aventura que se llama vida, contigo. Es evidente que tú, ni un par de horas quieres estar conmigo.

¿Recuerdas a una tonta que te amaba?  Esa que esperaba despierta a que avisaras que llegabas, sin importar la hora, que se desnudó y deslizó en letras para ti y por ti. Si, esa fui yo.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Búscame cuando...

Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme, cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere, cuando quieras ver tu reflejo en una mirada enamorada, cuando extrañes las risas, las caricias, las conversaciones, los abrazos y las locuras. 

Búscame cuando quieras magia, cuando no veas mariposas, cuando necesites sentirte deseado, cuando quieras tomarte un café, cuando quieras leerte en azul, cuando desees alejarte de tu aburrida rutina. 



Búscame... cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles, cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa y lo guapo que te ves cuando te enfadas, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo.


domingo, 22 de septiembre de 2013

Jamás


Jamás seré la causante de tus desvelos, ni la que habite en tus sueños, ni la que te arranque los suspiros, ni en quién pienses sin pensarlo, ni la que te robe la sonrisa o te secuestre una risa. 

Tal vez no sea la niña de tus ojos ni te enamores de mi, pero el día que me vaya (fue por que me dejaste ir), extrañaras cada una de mis letras, mis mariposas. mi tinta azul y mis abrazos de luz.




miércoles, 18 de septiembre de 2013

Mujer completa

No me trates como una adolescente 

o como una muñeca.

Atiéndeme siempre como una princesa

y al cerrar la puerta,

trátame y mírame como lo que soy: 

una mujer completa, de pies a cabeza.





jueves, 12 de septiembre de 2013

Así empezó...

Seis cincuenta p.m. Llego antes. Soy un manojo de nervios incontrolable, me sudan las manos, las pongo sobre la mesa y se quedan marcadas, tiemblo.

Eres tú el que lo provoca, siento que exploto.

Creo que visto muy formal y "pinky lady". Blusa rosa de manga larga, pantalón de vestir negro y zapatillas de tacón de charol rosa a juego. Le doy vueltas al anillo de siete aros.

Me viene el recuerdo a la mente de cómo te conocí. Fue un error de dedo al mandar un mensaje de texto a un amigo. Traté de escribir el número de memoria y me equivoco en el número final. Mi sorpresa fue que respondieras el mensaje de un número desconocido. ¿Qué decía el sms? "¿Te espero para comer, cielo, o empiezo la sopa sin tí?".

Diez minutos después suena el móvil y escucho una voz desconocida diciendo "No puedo permitir que una dama coma sola".

Empezamos a platicar y una hora después, ya no eras un completo extraño. Te ofreciste a acompañarme a comer y llegar al lugar donde estaba. Te dije que no, de algún modo eras un desconocido todavía. Terminamos la llamada, noventa minutos después.

Cinco horas más tarde, recibí un mensaje tuyo deseándome feliz noche, lo respondí. Ahí empezó todo.

Al día siguiente a las ocho cuarenta y cinco de la mañana, recibí tu primer llamada, justo a la hora que llegaba a la oficina. Empezamos una peculiar relación telefónica/sms. Nos conocimos por voz y por letras. Contigo era todo en siete.

Me llamabas a las siete de la mañana para recordarme tomar la pastilla para la tiroides y de paso eras mi despertador, me llamabas siete veces al día, por siete minutos y enviabas siete mensajes de texto, siete días a la semana. Hubo una llamada de siete horas de tu teléfono celular al mío que empezó a media noche y terminó a las siete de la mañana, donde concebimos el concepto de eternidad, nuestra eternidad: siete minutos. Lo que tardábamos en fumar un cigarro. De ahí nació tu apodo, que usaría para referirme a ti a partir de ese momento, después de robarme el sueño.

Recuerdo que ese día me tomé la pastilla, me bañé y me fui a trabajar. Quince minutos después de llegar a la oficina, recibo un café y un desayuno ligero, enviados por ti, con una tarjeta que decía: Bandido. 

¿Cómo no sentirme atraída y conquistada por ti? 

Siete semanas después se dio el momento de conocernos físicamente. El día siete de la semana a las siete de la noche. 

No tenía ni la más mínima idea de cómo eras físicamente, sólo un dato revelaste de ti: eres alto, mides un metro con noventa y un centímetros. Sólo una cosa sabías de mi: tengo el cabello rizado.

Siete en punto. Llamas al celular para avisar que ya estás en el lugar de la cita, preguntas donde estoy sentada, al responder, escucho tu voz atrás de mi diciendo - Ya te vi.

Y ahí estás: alto, apiñonado, delgado, ojos oscuros, manos largas y delgadas, facciones finas y delicadas, jeans, camisa azul eléctrico y saco negro. Pareces modelo sacado de portada de revista. 

Me miras, me sonríes, me das un beso en la mejilla a modo de saludo, dices hola y te sientas. Pones la mano en la mesa, tiemblas, sudas, estás nervioso, lo notas.

Me preguntas: - ¿Hace mucho que me esperas?
Respondo: -Toda la vida.