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miércoles, 18 de octubre de 2017

Pudiste ser...

Gracias por no haberte quedado, por enseñarme que las palabras de conquista funcionan cuando son lindas y parecen genuinas, que es sencillo escribirlas o decirlas para conseguir los fines.

Gracias por que descubrí contigo que soy demasiado ingenua aún y creo en el amor idílico y romántico que hace soñar despierta.

Gracias por mentirme, por ilusionarme, no; por dejar que me ilusionara con la imagen tan pulcra y recta que manejaste conmigo. 

Gracias por mostrar la incapacidad de entender a un ser como yo y por eso, gracias por no enamorarte.

Pudiste ser el más sublime de mis musos, tal vez, el más hermoso hasta ahora, te bordé bellamente para plasmarte y sentarte en el trono del dios principal del Olimpo.

Maticé tus defectos con las cualidades que habías mostrado, te delineé a mano para hacerte un ángel terrenal, tomé tinta, cerré los ojos, inhalé, exhalé, dejé que llegara la inspiración y en un parpadeo; soplaste realidad y salió volando el polvo de hadas de mis pestañas; entonces te vi: un hombre promedio, con tantos miedos y limitaciones, con pretextos disfrazados.

Por eso, gracias por no abrirte conmigo y no mostrar el bello ser que eres y que me dijeron tus manos y tu mirada cuando te dejas fluir.

Deseo que apliques esa frase que dices: "yo vine al mundo a dar amor".

El mundo somos todos, empezando por ti.

Gracias, solamente tenías que dejarte querer. 

No recuerdo


¿Cuál era el encanto que veía en ti? Me encontré contigo donde menos lo esperaba y...dejaste de ser un dios para convertirte en un simple mortal. Ni siquiera tu forma de decir mi nombre revoloteó mariposas y descargó electricidad....



Si, usted.

Si, usted.

El de las manos suaves, el de la sonrisa franca, el de la timidez manifiesta, el de palabras dulces, el de energía ligera que aún siento en ocasiones, el que hizo vibrar todo mi ser, el que me dibujó sonrisas a todas horas, el que derretía a la escarcha, el que hizo volar mi imaginación con un futuro a su lado, el que se quedó a vivir temporalmente en mis letras y mi mundo azul.

Usted.

domingo, 8 de octubre de 2017

Migajas de amor.

¿Cuántas veces has recibido solamente eso: migajas de amor?
Eso que aceptas que es menos de lo que mereces y aceptas por no estar solo, por no soltar o no dejar una relación que no te llena ya. Por el miedo al cambio y a crecer. Y te enredas con gente conflictiva y dependiente porque te hace sentir necesario y lo confundes con amor.
¿Qué pasa cuando te dan amor sin condición ni límite? Huyes, no sabes que hacer con tanto amor que no has recibido antes de igual forma.
El amor es de valientes, consiste en amar y dejarse amar. En el deseo de crecer juntos para que el horizonte se abra como abanico ante tus ojos.
El amor lo sientes y es también una decisión.
Yo, decidí amarte y te elegí de entre varias opciones, regalándote horas infinitas y cielo despejado para volar. Entonces, no volaste; huiste. No supiste que hacer con tanto amor y no supiste valorar ni agradecer los detalles, pudo más tu orgullo y múltiples pretextos.
¡Qué triste que solamente estés dispuesto a recibir migajas de amor!
Eso pienso mientras la pareja sentada enfrente están en distintos puntos. Él, se derrite de amor por ella, le brilla la mirada y la sonrisa. Ella, difícilmente lo mira a los ojos y su tono de voz es frío.
¿Y tú? ¿Qué has recibido hasta ahora? ¿Ese amor que canta José José: me basta con un poco de tu amor, el que tengas escondido, el que nadie haya querido... con eso me quedo yo?
Enamórate... De ti.