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martes, 30 de agosto de 2016

A la que sigue de mi...


Eres su próxima víctima. Lo sé. 

No le creas todo lo que te dice. Cree la mitad y si puedes menos. Miente. Sí, miente con una fluidez increíble. 

Tiene un papel de víctima convincente; lleno de tintes dramáticos que harán que algo en tu interior se mueva con algo llamado compasión y después despertará tu ternura. Es una buena forma de manipular y más aún cuando exagera un poco. No te enganches. 

Es poco original. A todas nos dice igual, sin distinción alguna. No le da la creatividad para más. Te hablará de tus ojos y dirá que eres hermosa, que tienes lindos labios y besables, que no deja de pensar en ti, que es un honor pasar el tiempo a tu lado. Te hablará y exaltará tus cualidades y pensarás que es muy observador y que siente algo por ti, por que puede verte en el fondo. 

No, no es un mujeriego como tal. Las acomoda por turnos no muy duraderos porque no da el ancho para rendir más si la dama en turno lo supera en algunos aspectos. 

Es tierno y eso va a hacer que bajes todas tus defensas, es agradable y simpático, acomedido y caballero si se lo exiges. ¡Ah, eso te va a encantar! 

Es de esos especímenes que jura que nada lo va a cambiar en ningún aspecto. Es cierto, es una mediocridad disfrazada de autosuficiencia y pseudo originalidad. Finge que no ves eso. 

Le gustan las damiselas en apuros y desvalidas, así el puede ser el héroe y sentirse superior. Si te gusta el drama, es el indicado para ti. Correrá cuando derrames lágrimas y te sientas desamparada. Evita mostrarte independiente y fuerte. 

¿Quieres tenerlo contigo y para ti? No le pidas que crezca, es un niño en cuerpo de hombre. Déjalo ser y estar. Festéjale sus tonterías y sus vicios. 

Es lindo, no lo niego. Pero no le creas del todo. No es un conquistador, es un torero de salón. Los mismos argumentos que usa contigo, los usa con todas. Y es el típico que dedica las mismas canciones por falta de material. No caigas con "Careless Whisper", es la única de gusto popular que tiene en su repertorio. 

Todos tenemos un lado oscuro; no le creas cuando te hable del suyo. Es una herramienta burda para cubrir las necesidades emocionales que tiene. 

No le compres la idea del lobo solitario, es solamente un niño abandonado que trata de llenar su soledad con la primera que lo ilusione. Si, se ilusiona fácilmente. Lo encandila cualquiera que le muestre interés y que caiga en la red ya tejida que sabe colocar muy estratégicamente. 

No es difícil quererlo. Se muestra tan vulnerable delante de ti, que pide a gritos silenciosos: " quiéreme, ámame, cuidame, compréndeme, protégeme, alivia mi corazón roto, hazme olvidar mi pasado, dale luz a mi vida". 

Te va a encandilar con sus detalles y sus palabras, no muchas, le falta vocabulario. Pero las suficientes para hacerte sentir "especial". 

Es tan dulcemente cobarde que va a hacer que todo el peso de la relación caiga en ti. Si, el tiempo que le permitas estar a tu lado. Lo deja a tu elección. Así él no tiene responsabilidad alguna contigo. 

No te hablaré de sus cualidades de amante por que las desconozco totalmente. Como amigo, me queda debiendo tanto. Como caballero, pues te abre la puerta. Como hombre... Le falta mucho.

Me despido, puntito azul.


Querido puntito azul:


Desde la mujer que soy te escribo. 

Con toda la inspiración que por años me ha regalado tu recuerdo pero tengo que dejarte ir. Tengo que soltarte. 

Tendré que buscar entre mis imborrables eternos otro muso y perfeccionarlo, como a ti, a base de letras y suspiros. 

Podría ser aquél de manos grandes y delgadas (jamás tan hermosas como las tuyas, lo admito), aquél otro de ojos oscuros, aquél cuya voz me cautiva o aquél que me mira y me hace imaginar un futuro a su lado y siento como me derrito. 

Tengo que confesarte que inconscientemente te busqué en otros seres, no lo percibí hasta que tuve a alguien delante de mí, con características físicas similares a las tuyas: estatura, manos, cabello. Y la persona que estuvo antes que él, también cumplía esos requisitos. Aunque, a diferencia de ti, prometieron letras para mi que nunca llegaron y tú, me las regalaste tantas veces sin prometerlas. 

Te desdoblaste de mis letras adolescentes y fuiste real. Tan bellamente imperfecto. 

Eres mi amor amando a destiempo, mi sueño hecho realidad, mi hombre perfecto. Eres tú. 

Me sabes a hielo, hueles a tierra mojada, me vibras con música y me dueles en silencio. 

Gracias por las seis letras de tu nombre que no pronuncio aunque me quemen los labios. 

Gracias por haberte escrito en mi historia y por tu falta de valor, por tus verdades, por tus mentiras y por ocultarme tantas cosas. 

Me despido, nene, con toda mi nostalgia amarilla, a media noche, de la misma forma en que entré a tu vida: con un nudo en la garganta. 

Que la luna te ilumine en las noches, las mariposas acompañen tu camino y que el amor guíe cada uno de tus pasos en esta aventura maravillosa que se llama vida. 

Por última vez: nite nite!! 

Aquí estuve para ti. 

Escarchadamente,

Escarcha.

¡Cabrón!


¡Regrandísimo cabrón! ¿Acaso este año el conejo de pascua no pasó por tu casa? Ni este año, ni en anteriores. 

Podría seguir con una retahíla de insultos, hasta agotar mi repertorio e inventar unos nuevos. 

La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo. ¿Y sabes? Me supo tan rica la muerte por conocimiento. Caí al vacío de un solo golpe y contrario a lo que pensé, no me dolió como esperaba. Solté un suspiro de alivio. 

Podría decirte mentiroso, deshonesto, desleal, pero lo resumo en una palabra: cobarde. 

Me hago enteramente responsable por haberte creído, por haber volado por ti, por regalarte letras, por derramar tinta azul y de vez en cuando, libertarte mariposas. 

No, no me arrepiento. Al final de todo, eres irreal, inexistente, más falso que creer que soy capaz de preparar un banquete, eres un sueño de una mente dispersa, la broma pesada de un ángel, la olla al final del arcoiris, un tsunami en un vaso con agua. 

Yo me despido bonito, talvez seas la excepción a eso. Aunque no del todo. 

Gracias, nene, por elevar mi ego a la estratosfera. Tu silencio me regaló las mejores letras en tiempo sin tiempo. Te elevé a través de ellas para ser un dios perfecto y dejaste de ser un simple mortal. 

Claro que me enamoré de ti: yo te inventé. Te creé y te recreé una y mil veces hasta que estuviste hablándote de tu con los dioses del Olimpo. 

Me abriste las alas y me lanzaste al aire. Hoy, cielo, mi cielo, es demasiado grande para ti. 

Bienvenido al olvido.