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lunes, 30 de enero de 2017

Yo, soy esa.

Siempre me pregunté ¿qué se sentirá ser amada por alguien como tú? Hoy día, la pregunta es distinta: ¿qué sentirás al ser amado por mi?

Puede ser que ni siquiera te lo cuestiones, porque no te has dado la oportunidad de conocerme realmente, sabes lo que hay en la superficie, lo que te dice mi vehículo físico, lo que te vende mi imagen, soy más que eso. 

Hay más atrás de unas uñas bien cuidadas, de un cabello de rizos rebeldes, del par de piernas que te encantan, de la parte donde termina la espalda que invariablemente tu mano pasa por ahí, de los ojos cafés que dices te quitan el sueño, de mi blanca piel que tanto te gusta, de mis labios que consideras sensuales, de la sonrisa traviesa que te invita a todo, de mi boca que besas a tu antojo, de la voz que te envuelve si te dejas, de la parte trasera de mi cintura donde deslizas tus manos, de la mente dispersa difícil de aterrizar que te saca de quicio hasta que te acostumbras a sus altos vuelos, de mis ocurrencias momentáneas que te roban la risa, del cuerpo que quieres que sea tuyo.

Soy más que una noche de fiesta o una tarde de café, más que conversaciones sin fondo que sirven solo para cumplir con el formulario establecido, donde las respuestas salen en automático a fuerza de repetirlas después de que se han hecho las mismas preguntas.

Tienes flashazos de lo que soy: un abanico de inmensas posibilidades.

Te he dejado ver la ternura que me hace ponerte un apodo que no repetiré con nadie, que me hace deslizar las yemas de los dedos por tus manos, que me mueve a desearte un lindo día o un dulce "nite nite" acompañado de un copo de nieve. He abierto una ventana de mi alma para que me conozcas a través de mis letras, lo que soy en ellas, la forma en que me desdoblo para plasmarme, siempre en azul, Es una pena que no me leas, pero es peor saber que lo haces y no te importa. 

Conoces mi amor al detalle a destiempo y porque sí, porque soy observadora y por lo importante que eres para mi, tanto, que te he convertido en muso; un lugar que muchos quisieran y está destinado a ti.

Te has parado en la orilla de mi mente perversa y disfrutado un poco los alcances de ella cuando llevo los pensamientos a la acción, de la misma forma que has degustado un poco la pasión que llevo dentro.

Estás conociendo a la mujer directa, sin filtros, que dice lo que piensa  y lo que siente al instante, que es trasparente y si te atreves, un libro abierto para leer.

No conoces a la maga, a la gitana, a la luz en la oscuridad ni la oscuridad de mis sombras, esa parte de mi, no es fácilmente rebelada pero es la que hace que emprenda una retirada silenciosa de la vida de cualquier ser que no requiera mi presencia.

Aún no conoces mis mariposas ni la forma en que acompañaran tu camino siempre que estés en mi mente y en mi sentir, el cual tampoco conoces, no te has tomado el tiempo para derretir a la escarcha.

Soy esa mujer de la que te vas a enamorar hasta el tuétano si la conoces, la que va a invadir tus pensamientos en horas muertas, la sensación en tu entrepierna cuando recuerdes algún momento de pasión y entrega, la que aparecerá en tus sueños de vez en cuando, la que recuerdes con nostalgia cuando le haga falta un abrazo a tu alma. Soy la mujer de la cual vas a extrañar sus detalles y desearás no haberla dejado ir. Soy quien te dará algunas oportunidades y te perdonará sin cuestionar, la que no indaga en tu pasado y disfruta tu presente para crear un futuro todos los días. Soy en la que puedes confiar de tener tu amor asegurado y que bajo ninguna circunstancia cometerá el terrible error de serte infiel, soy la que se queda grabada en tus párpados cuando los cierras. Soy la que le pone el toque de locura a tu vida. 

Soy esa mujer a la que te da miedo entregarte por completo por el miedo a perderla. 

Ya sabes que soy diferente a lo que has conocido hasta ahora y eso te detiene en seco. 

No pretendo desnudarme más en letras, todo el misterio y lo interesante que hay más allá, será un reto para que lo descubras.

Pregúntate: ¿que se siente ser amado por ella?

domingo, 29 de enero de 2017

Cuatro estaciones

¿Sabes, bonito?
Me puedo imaginar caminando contigo tomada de la mano mientras me cuentas anécdotas de tu infancia, pisar las hojas secas del otoño que se rompen al ritmo de tus historias tristes, de esas que tienen retrato en sepia en el álbum fotográfico de tu vida. De algún sueño no realizado, un regalo no recibido, una palabra o actitud de rechazo, lágrimas derramadas a escondidas, amores imposibles de adolescencia.

Platícame de tu invierno, de tus días fríos, de las situaciones que se vuelven cotidianas que acompañan a la temporada navideña con los respectivos detalles de la preparación de la cena o la puesta del árbol. Déjame entrar a tu nostalgia a través de tus ojos, entrar también a esa zona escarchada con copos de nieve que cubren una parte del acceso a ti y que están tan bien colocados que percibo tu miedo a que se muevan de lugar y derretirte y tener que mostrarte como el hermoso ser que eres.

Tan hermoso como la primavera que se crea cuando sonríes, como las flores que nacen en mi piel si me miras, como las mariposas que vuelan si me tocas.

Tu risa es un día de fiesta, podría comparar tu ternura con cualquier película donde al salir el sol renace la vida y si suspiras, se mecen las plantas al compás de tu aliento.

Cuéntame de tus días alegres, de tardes de pizza, de música deshoras, de tu adolescencia increíble, de tu travesura insensata, de tu placer culposo, del accidente tonto, del regaño absurdo, de la cicatriz, del regalo imposible.

Puedes ser tan cálido como una noche de verano mientras se contemplan las estrellas y la mente viaja al lugar donde se quedan las ilusiones colgadas tejiendo olanes de sueños que nos envuelven y a veces, al recordarlas, nos hacen la vida más llevadera.

Tu fuego quema como el sol de medio día, como la antesala de tu infierno donde con gusto podría arder lentamente. ¿Qué te apasiona? ¿Qué te enloquece? ¿Qué hace que te hierva la sangre? ¿Qué te altera lo sentidos? ¿Qué te excita?

Sería un verdadero deleite compartir las cuatro estaciones contigo. No te quiero para un rato, ni por quererte. No, bonito, tú me gustas y te quiero, para amarte. 

lunes, 23 de enero de 2017

No te equivoques

No, darling, no te equivoques conmigo.

No creas o pretendas creer que me conoces, para eso, te falta mucho. Conoces únicamente la superficie, lo que lees en mis redes sociales y las vagas conversaciones sin fondo que has tenido conmigo.

Si por alguna razón te cruzaste en mi camino y rompiste la barrera de las letras o te conocí de forma "casual", eres parte de mi vida y si se creó algún vínculo por mínimo que sea pero que para mi es importante, tendrás un lugar en mis textos.

Te pondré un apodo creado especialmente para ti y con el me referiré a futuro. Te escribiré como si fueras el centro de mi mundo y te elevaré al cielo, con cualidades propias del hombre ideal en el que te convertiré mientras te perfilo para plasmarte, pero no te equivoques, no estoy enamorada de ti.

En el momento en que ya no tenga nada que decir de ti, también lo sabrás, me despediré bonito y puede ser que a la vez salga de tu vida, el muso se habrá agotado.

Mi esencia es ser dulce, tierna, confiada y tengo esa absurda tendencia a querer y amar a la gente por eso que dejan en mi vida, pero no te equivoques, no te amo con esa intensidad de una pareja.

Si en algún instante tienes algún desplante conmigo, lo entiendo y cometo el error de justificar y dar una o varias oportunidades, en el entendido que el ser humano en general tiene un orgullo muy elevado construido por sus miedos y sus demonios, con ese temor atroz de saberse amado cuando creen no merecerlo y prefieren irse por lo que conocen: lo complicado, a sabiendas que en el fondo, serán lastimados. 

No me presumo inocua, pero tengo un respeto profundo por el sentir de los demás seres y en mis posibilidades, trato de no herir a alguien . Puedo buscarte una y otra vez, con la intención de averiguar que pasa, por que me importas, pero no te equivoques, no te rogaré ni esperaré algo que no llega.

Nunca entenderé esa cobardía de no decirme las cosas y desaparecer del mapa, que finalmente, deja relucir lo peor de la gente. En esta época donde la tecnología pone todo al alcance de la mano, nos hemos vuelto fríos y se nos olvida que interactuamos con otro ser humano, que a su vez tiene sentimientos y merece respeto, pero no, pensamos que son desechables y hay quien huye en silencio. Si me interesas, buscaré la forma de tener contacto de nuevo contigo como última oportunidad, pero no te equivoques, seguramente no estás en mi selecta lista de tres personas, a las que aún, conservo en mi memoria, mis letras y asuntos por resolver. 

Si te conviertes en mi muso, por que así lo decido, ya no espero el agradecimiento, porque he notado que suelen ser cortos de mente y prefieren lo ordinario, no le dan el justo valor a eso por el poco amor propio que se tienen, se abruman,  pero no te equivoques, puede ser que solamente seas un golpe de inspiración.

Si me besaste o tuviste alguna otra interacción de tipo físico conmigo, no hará que muera de deseo por tenerte en mi vida por siempre o por que te amo, no te equivoques, al igual que tú, es solamente deseo. Si por casualidad, causalidad, curiosidad o interés genuino, has leído lo que escribo y percibes pasión, intensidad, erotismo, no te equivoques,  no es una excusa para que quieras entablar una conversación con tintes sexuales, pretendiendo ser un seductor. 

Pierde cuidado, el que tengas mi contacto en alguna red social, no hará que te etiquete en cosas sin sentido o cursi románticas, no te equivoques, no me voy a comprometer, mi interés no es tanto.

El que me digas "princesa", "hermosa", "guapa", "cariño" no me vuela los pies del suelo, no te equivoques, no te creo hasta que le pongas acción a las palabras, finalmente son eso: palabras.

Hasta que no conozcas a la maga, a la gitana, a la que escribe, no podrás decir que me conoces, de otra forma, no te equivoques, no sabes quien soy. 

lunes, 16 de enero de 2017

"Pinche vieja"

Yo quiero ser esa "pinche vieja" que entra en los temas de conversación.

Quiero ser esa clase de mujer que invade la mente y los sentidos, la que se impregna en la piel, con la que sueñas tener de todas las formas posibles: tomándole la mano,compartiendo una tarde de cine, una mañana de domingo, un café por la noche entre semana, momentos de flojera viendo películas en la televisión, una comida familiar, una boda o bautizo, una charla con tu mamá mientras platica de ti y tus travesuras y monerías de infancia, una reunión con tus amigos, contemplar un día cualquiera la luna o el cielo estrellado, caminar bajo la lluvia, improvisar alguna tontería para hacerme reír, tener algún detalle que haga que mis ojos lloviznen, alguna palabra que me deje ensoñada todo el día pensando en ti, que comparta tus gustos por extraños que sean, que tenga más cosas en común de lo que alguien pudiera imaginar, que esté para ti en todo momento, 

Quiero ser esa mujer que desquicia por ser insistente en las llamadas o mensajes, que cuestiona cómo, dónde, con quién  y porqué. La que te haga dramas y se encele por que no respondes al momento y se invente telarañas de razones absurdas y después te reclame, que probablemente llore y haga berrinche y salgas corriendo a su encuentro para buscar un perdón por que te interesa demasiado. 

Me gustaría ser capaz de responderte de forma grosera y fría para avivar tus instintos de cazador y que hagas hasta lo imposible por conquistarme sin importarte perder un poco de dignidad, doblegar tu orgullo y hasta hacer el ridículo.

Quiero ser el tipo de mujer que cuando se va de tu lado te deja el alma rota en mil pedazos y tus ilusiones por el suelo, por la que lloras en silencio y en un rato de enojo te montas una borrachera de concurso y le llames para rogarle que regrese a tu lado.

La que cuando cuentes que ocurrió se refieran a ella como "pinche vieja" por haberte lastimado tanto y hacerte sufrir, la que deja cicatrices que se borran después de mucho tiempo y que invariablemente la recuerdas y tienes la patanería de mencionarle a tu nueva conquista hablándole de todos mis defectos. 

Ser también aquella a la que te refieras diciendo "estaba loca, de todo se enojaba, parecía bipolar"y sin embargo, ahí seguías conmigo.

Quiero que me odien tus amigas y ser la innombrable de tus amigos, por ser la bruja malvada del cuento que hirió al príncipe encantador, dejándole la historia inconclusa.

Me encantaría, pero no lo soy, Soy la que respeta los tiempos, espacios y distancias, la que siempre tendrá una palabra linda para ti, la que a pesar de tus desplantes o groserías tratará de entender el porqué y te preguntará solo una vez, la que se aleja si nota que el invierno entra en tu ser, la que aunque pase mucho tiempo y decides buscarme,  te hablará como si fuera ayer borrando todo lo pasado y si te amé, seré la miel que conociste, la que tendrá un detalle para ti sin importar la fecha, solo por que si, la que tratará de elevar tu autoestima y también tu ego. La que perdona sin reproches, la que tiene un hueco en su agenda disponible para ti, la que te demuestra su amor sin mesura, la que se enamora de eso que los demás no ven y yo percibo en minutos,  la que es fiel por convicción por todo lo que representas para mi.

Soy esa mujer que hablará de ti como si fueras un dios terrenal, omitiendo tus defectos porque también me enamoro de ellos, soy la que escribe, la que te escribe.

Soy la que te manda mariposas, de risa y sonrisa fácil, la que vibra con tu roce y te desea más que a nadie, la que tiene palabras amables para el mundo y que tiene ocurrencias tontas en la mente y las dice sin pena, sin importar el lugar. 

No, no soy de esas princesas conflictivas y víctimas que buscan quien las rescate del dragón, no soy la que te va a rogar o insistir hasta el hartazgo, No soy de esas a las que les ruegan y tratan de enamorarlas sin cesar, porque no se atreven. No soy la que te dirá siempre "amor", "mi amor", "gordo" o eso que me suena tan feo como "puchungo",me sobra vocabulario, soy original  y eres tan importante para mi para nombrarte de una forma en particular.  

Para mi infortunio, soy inteligente y tengo la cultura y vivencias suficientes, aunado con un talento innato de cuenta cuentos que puede tenerte atento a la conversación por horas, mi cerebro está lleno de datos y anécdotas en apariencia inútiles pero no lo son.

Soy la mujer que a veces les da miedo por la congruencia de pensamiento y actos, la que tiene un letrero de "precaución"  invisible, que disfruta la libertad de amar sin medida, de un beso robado, de una noche de pasión de entrega total, Que no tiene miedo de decir un "te amo" de la misma forma que un "te deseo". Soy la que tiene facha de princesa y en el fondo es Mafalda. Se dejan llevar por las apariencias y no intentan averiguar lo que soy. La que disfruta un café en la banqueta, unos tacos o un buen restaurante. La que no le pone etiquetas a la gente sin importar su apariencia física o los bienes materiales que tengan.

Soy más frágil de lo que imaginas y más fuerte de lo que crees. Soy la que se despide bonito y lo hago diciendo todo lo feliz que me hiciste, resaltando tus virtudes. La que te llenará de música, de historias, de cosas lindas y pintará tu mundo de rosa en tinta azul. La que escribirá en tu espalda por el placer de hacerlo. La que te invita un café si no cuentas en ese momento con los medios, la que pide perdón si se equivoca, la que te pone un apodo único. Soy la maga, la gitana. 

Me atrevo a mostrarme vulnerable y despojarme de todos mis temores, mis emociones se transparentan  fácilmente, hablo con los ojos. beso como si no hubiera mañana y me entrego totalmente, soy la que se enciende cuando la tocas o solamente de recordarte, la que es tuya incondicionalmente y espera que del sexo hagas una buena cogida o hagas el amor.

Me gusta ser la Caperucita que seduce al lobo aunque a veces a él no le guste porque es quitarle sus instintos animales.

No sé si soy la mujer a la que ven una vez y se queda grabada en algún lugar de la memoria, ni a la que recuerdan por alguna característica en particular. Lo cierto es que me podría fascinar ser un pensamiento traicionero de vez en cuando, que de vueltas en tu mente y no pueda salir, entonces pienses en mi y digas con una media sonrisa "pinche vieja". 





domingo, 15 de enero de 2017

Promesas, promesas.

¿A qué nube van a parar las promesas que hiciste? ¿Acaso a la que se mueve más rápido al soplar del viento y llegue a otro destino y ahí decidas cumplirlas?

"Prometer no empobrece", difiero de eso totalmente. Sé que son palabras al aire y tal vez sea para salir del paso, pero creo que se puede usar otra palabra para decir algo así. Llámame anticuada pero creo aún que la palabra vale más que una firma o un papel. Es un compromiso propio hecho para otra persona y al no cumplir, antes que quedar mal delante de los demás, algo dentro se rompe. Algunos seres sienten remordimiento, culpabilidad; si son íntegros. Los que no, los que viven de palabras y son cínicos, con falta de valores, les da igual.

Es un secreto a voces, sabido por ti también, que cual Penélope moderna, decidí esperar al caminante, meneando incluso el abanico. Por tiempo indefinido y de todo corazón, confiando en sus palabras. Más aún porque decía que siempre cumple lo que promete. Yo cumplí, esperé más de lo que a cualquier otra persona, por esa cualidad de confiar en la gente.

¿Qué pasó? No lo sé ni tuve oportunidad de cuestionarlo, ya que no se me dio la posibilidad de un encuentro más. 

Reconozco mi error de haber puesto tiempo de por medio que hizo más grande la distancia, pero en mente siempre tuve ese profundo respeto por tu tiempo y tus ocupaciones, dando, tontamente por entendido que comprenderías eso. Que eso, era fluir, para mi. Que pudieras entender que mi apoyo era de esa forma; no entorpeciendo tus actividades, pero no funcionó. Mi mente trabajó demasiado lento y no captó ni por segundos que eso haría que perdieras interés. 

Traté de modos muy simples y torpes, tal vez, encontrar de nuevo el camino perdido y no supe cómo, mis argumentos no fueron los mejores. Tu frialdad frenaba de golpe mis usuales palabras tiernas y el apodo que únicamente usaré para ti y con el cuál te nombré en distintas ocasiones: sunshine.

Podría hacer una lista de las promesas que hiciste pero sería en vano, tú las sabes y en algún lugar de tu memoria se quedarán.

Si, cambié. Pero fue porque tus presiones laborales te hicieron cambiar delimitando una frontera invisible que no me permitiste pasar. Me arriesgué a resultarte molesta y rayar en ese concepto que tanto me disgusta, volviéndome ordinaria: rogona. Contra mi y contra todos mis principios y habitual forma de proceder. Doblegué mi orgullo femenino y guardé mi dignidad hasta el momento en que sutilmente me diste a entender que te estaba quitando tiempo. La diferencia fue clara, no eras mi "siempre disponible", yo estaba siempre disponible para ti. Lo sabrás ahora, de la lista de mensajes, eras el que contestaba de inmediato y jamás sostuve otra conversación mientras hablaba contigo. 

No puedo pedir que me conozcas más, conociste lo suficiente y más que personas que conviven conmigo diario. Si, faltó mucho, pero la esencia de lo que soy y puedo ser, la viviste. 

He de confesar que la desilusión es grande porque me equivoqué al creerte diferente cuando lo dijiste "soy diferente a todos y te lo voy a demostrar" y no, entraste al burdo concepto de "todos los hombres son iguales".

No te reprocho, no hay razón para hacerlo, tus motivos tendrás, no los cuestiono y los respeto.

Espero  que de algún modo, cumplas esas promesas. Evidentemente, no será a mi, -aunque me encantaría- pero tal vez, alguien tenga el inmenso placer de disfrutar tus desordenes mentales y reírse a carcajadas como lo hice yo y por eso, por haberme arrancado la risa fácil y varios suspiros a destiempo, estaré siempre agradecida. 

Es probable que escriba al aire, que nunca leas estas líneas: pero sabes que letreo y son palabras que ya no pude decirte. Déjame elevar tu ego, darling, eres  o eras el único hombre que puede o podía tenerme segura. Es difícil atrapar a ésta mariposa, pero en otras letras te explicaré las razones. 

Con solamente un "hola" o tu habitual "buenos días", podrías romper de nuevo la escarcha, aunque es poco probable que ocurra. 

Atrasado y dicho sea de paso: ¡feliz cumpleaños, sunshine! Si, lo recordé, pero no consideré apropiado llamarte o escribirte para felicitarte; tu silencio de horas infinitas me dieron la pauta.

Mariposas en tu andar, éxito en lo que emprendas y amor siempre en tu vida. 

sábado, 14 de enero de 2017

Me inspiras

¿Sabes, bonito? Me inspiras mucho más que letras. Me subo a las alas de una mariposa en vuelo y dejo que fluyan todos mis sueños de quinceañera.

Me imagino caminar tomados de la mano, robarte la risa, compartir el té, contemplar el cielo mientras te escucho, quitarte una pestaña imaginaria solamente por el pretexto de acariciar tu mejilla, ponerme de puntillas para rozar levemente tus labios, delinear tu rostro para grabarlo en las yemas de mis dedos, sentir ese cosquilleo intenso cada que tus manos se deslizan por mi espalda hasta descansar en la curva de mi cadera, observar los distintos matices de tus ojos cuando posas en mi tu mirada, perderme en tu sonrisa y encontrarme cuando tu voz me regrese al camino.

Sentirme protegida entre tus brazos y detener el mundo por instantes, que tus manos busquen las mías y reprimir el instinto gitano de leerlas. Darme el permiso de desbaratarme lentamente cada que me dices "corazón", no tienes idea el efecto que provocas.

Me inspiras mucho más que letras; me despiertas el deseo de no estar con alguien más, de declararte mi muso y que vivas en mi azul. 

Me inspiras ternura y cortas de tajo esa sensación de huir. Invades mis sueños que se dan el frentazo con la realidad.

Me inspiras a ser cursi, a guardar en un cajón mi lógica y creo, a pesar de todos mis miedos, que me inspiras amor.


jueves, 12 de enero de 2017

Si te interesa

No soy la chica dark o gótica que sería feliz en un concierto de rock, ni de metal. No me visto completamente de negro ni tendré el valor de hacerme una perforación, no me pondré botas de plataforma ni me pintaré las uñas de negro, tampoco un maquillaje así. No soy fanática del cine gore y digiero a veces las películas de horror, pero no entraré a una casa de los sustos ni festival del estilo. No veo The Walking Dead ni me apasionan los zombies. Por otro lado, soy amante hasta el embrutecimiento de la tinta en la piel y en mis planes está hacerme un tatuaje, ahí, donde la espalda pierde su nombre.

No soy fanática de Star Wars y sería una prueba de amor que viera una película de la saga y lo haría con todo el amor del mundo.

Tengo una vaga idea de los comics, súper héroes y dibujos animados. No soy muy amiga de la televisión, así que estoy en desventaja total. No tengo conocimiento de serie alguna, telenovelas, programas unitarios o cualquier cosa que pase por la pantalla chica. Sin embargo, soy cinéfila y veo casi en su totalidad lo que hay en cartelera. No soy crítica de cine ni  ubicaré siempre directores y sus películas, solamente disfruto del placer de ver historias en pantalla grande. 

Tal vez no congenie con tus gustos musicales, tengo una selecta lista aprendida de mis imborrables eternos que me dieron serenata con The Smashing Pumkins, Depeche Mode, Scorpions y Pink Floyd, me robaron un suspiro con Pearl Jam, una lágrima con Bon Jovi, una sonrisa con Guns and Roses, entre algunas otras exquisiteces.

Crecí con música norteña, con éxitos de los ochenta, con salsa, cumbia, sertaneja y samba, con boleros y baladas, aunque me incliné por la trova y música de autor. Cabe mencionar que en una etapa de mi vida me empaparon de pop.

Ya no soy la reina de los trajes sastre, medias y tacones con bolsas carísimas y a juego, pero siempre trato de tener un buen manicure y estar presentable. Ya me doy el permiso de ser casual y relajada

No soy muñequita de aparador ni poser, tampoco fashionista. Ya no soy la intelectual que buscaba hombres sumamente letrados que me impresionaran con su plática, que conocieran mundo y me llenaran la mente. Tampoco aquella que moría por los que usaban traje y corbata con mancuernillas. Ni la que degustaba una copa de cognac con un puro de vainilla mientras cruzaba la 'pierna y observaba callada como buena escucha, avivando más aún el misterio que hay detrás de las letras.

No soy la damisela en apuros ni la dama de las camelias, es más sencillo que te escriba o te llame pare decirte que quiero verte o que muero por besarte lentamente, a que lo haga para pedirte que me rescates de algún accidente vial o por que me siento triste.

Alguna vez fui la princesa caramelo y era todo un derroche de ternura y derramaba miel sobre cualquier hojuela, buñuelo o incluso papa frita que pasaba al frente. Aplicaba fielmente el slogan de mi -aún- perfume favorito Anaïs Anaïs de Cacharel "Algún día la ternura moverá al mundo". Vivía por amor al detalle y decía palabras dulces.

No soy ama de casa ni pretendo serlo. Admiro realmente a quienes tienen ese talento de cocinar, bordar, tejer y esa dedicación para estar en su hogar. Planchar y marcar la raya tiene su gracia. Esos talentos no me fueron dados al nacer por las tres hadas. 

Tampoco soy la mujer que vestirá de forma llamativa y provocadora, con la cual despertaras envidia a tu paso por el par de piernas en minifalda o pantalón entallado, mucho menor por un escote. Soy demasiado friolenta para eso. 

Hoy, te cuento un poco de mi, de lo que no soy,  no de mis musos o de historias de amor y desamor, dónde por cierto, apareces en ellas, en un mar de letras. Soy la mujer que escribe y que expresa en su totalidad lo que siente a través de su tinta. Son innumerables ya las ocasiones donde al plasmarme la inspiración va acompañada de llanto, pero escribo desde esas fibras sensibles de mi ser que ya se dan la libertad de llover cuando algo las toca:  un detalle inesperado, una película, un libro y por lógica, cuando algo me duele.

Haciendo uso de mi cualidad-defecto: soy honesta. Tengo que confesar que tengo que vencer todas mis resistencias para mandar un mensaje y más aún si en su contenido va alguna palabra cariñosa. Si me interesas haré torpes intentos por tener una conversación contigo, con cosas triviales que lentamente derrumben mis murallas tan bien levantadas. Si en alguno de esos intentos ya no recibo respuesta, lo entiendo, darling, me desaparezco en la niebla. 

Todo indica que mi muso no es mi lector y en este caso, dudo que seas la excepción. 

No te contaré de mis pasiones, ni mis perversiones, ni detalles que se conocen con la cotidianidad. 

Dejaré que los descubras. 

Si te interesa.