Tu nombre, seguido de tu apodo salió en la conversación y después la foto, la última que tengo tuya antes de que te "valiera chucho" (como dices) todo.
"¿Es él? " fue la pregunta con tono de sorpresa, como si fueras algo no antes visto. Cual Tinkerbell furiosa salí en tu defensa alegando que estabas cansado por la hora y para demostrar mi argumento, muestro una foto tuya conmigo, darling. Já, seguramente eso las haría cambiar de opinión.
No fue así. Solamente el comentario de tu estatura, donde con tacones te llegó al hombro.
"Nada que ver, está mejor 'x'", "'X' si está grrr", "De los galanes es el que nada tiene que ver" "¿Es a él a quién le escribes?".
Eres una mezcla de Woody Allen, con la estatura de súper héroe, el look godín, la complexión abrazable, el color de quien se esconde del sol. Vamos, a primera vista: simple. Sin gracia.
Creo que te he delineado tan bien, que la imagen se ha modificado creando al galán que el mundo espera. No, mi referencia siempre ha sido a tu cerebro, a la distorsión de tu mente que fue lo que embruteció a la mía.
Sabes que escribiré de ti hasta agotar al muso y que eres ya un hashtag, que eres mi producto a explotar y que las mariposas te seguirán hasta que ya no tenga nada más que decir de ti.
Si, mi querido rayo de sol, mi sombrerero loco, aún hay tinta azul para ti. No por que esté enamorada de ti o porque aún te ame, solamente que te elegí como muso.
¿Sabes? Ocurre a veces, que el muso se enamora de quién le escribe. No eres inmune a eso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario