¿Así que viene usted a decirme que ya no quiere estar conmigo?
Pregunto mientras le doy un sorbo al café, mirándote a los ojos con toda la indiferencia que existe en mi, con una media sonrisa cínica que deja ver de trasfondo un "si supieras". Mala la hora en que prohibieron fumar en lugares públicos, de otro modo tendría el cigarrillo en la mano izquierda y al soltar el humo, verías su nombre dibujado.
¡Qué guapo te ves con esa seriedad! Eres varonil, tienes porte y percha. Eres atractivo y lo sabes y haces lo posible por resaltarlo.Tienes unos ojos de gato hermosos, unos labios tremendamente sensuales, una nariz fina y delicada, un cabello acariciable, una sonrisa muy adhoc con la personalidad prefabricada que te has creado, delgado, buen cuerpo. Vamos, si fueras un corte de carne, serías premium. Tienes los bienes materiales que cualquier mujer puede desear. Tienes clase y buen gusto.
Pero eso no basta, al menos para mi. Necesito algo más dentro de ese hermoso contenedor. Tienes cierto nivel de cultura pero para impresionarme, requiero más que eso. Mucho más. Coraje, iniciativa, pasión, entrega, ternura, ente otras cosas. Cualidades que por más que busqué, no tienes.
Escucho tu verborragia y nada de lo que dices me sorprende, me sorprendería que te hubieras quedado más tiempo conmigo, pero era casi improbable. No estás acostumbrado a altos vuelos y tu alma con miedos no te permite despegar del todo los pies del suelo.
No, no soy tan cruel como para atreverme a decirte que realmente me da igual lo que hagas o pienses, hay alguien que con menos esfuerzo que tú, provoca en mi, incluso, sueños húmedos. Decirte que con él me siento viva, es crueldad innecesaria . Tampoco mencionaré que sólo con él, soy yo.
Tu perorata me resulta aburrida.
Me preguntas si quiero decir algo. Te respondo que si, mientras me preparo para marcharme:
A usted, no lo recomiendo ni como aventura.
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