En un parpadeo entendí de pronto que alguien me dibujó el patrón, alguien más me regaló la tela, tú me regalaste el hilo y yo soy una excelente costurera.
Con un suspiro y un par de lágrimas caídas, descubrí que ya estoy cosiendo mis alas.
Te espero en mi cielo, cielo.
En caso de que decidas alcanzarme.
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