Es un reto abierto, directo: quítame ese hombre de la mente.
Te diría que del corazón, pero ya no lo amo.
Te cuento, mi vida. Durante tu ausencia, voluntaria, provocada, por descuido o tal vez por tener desde tiempo antes la seguridad total y absoluta de que todo de mi te pertenecía (menos mi cuerpo), decidiste (o eso pareció), darme un empujón al margen de tu vida y justo ahí, en esa línea, estaba "él" esperándome.
No entraré en detalles que puedes imaginar. No puedo mentirte, ni quiero hacerlo, nunca lo amé, ni siquiera estuve vagamente enamorada, pero si totalmente atraída.
Un día dejé mi cerebro en la casa y cuando dijo mi nombre, mirándome con dulzura y una sonrisa tan alegre, me atonté. No negaré que me gustaría que hicieras lo mismo, pero dudo que sea tu "estilo" y sería caer en lo común. ("Comunízate" un poco y hazme babear un rato ¿no?. Es sugerencia).
Quítamelo de la mente, no es porque piense en él, sino por que de cuando en cuando, nos cruzamos en el camino inevitablemente y dibuja su estúpida sonrisa matadora. Si, con la que caí rendida ante sus encantos.
Te lo digo tal cual: quiero que seas mis ganas de no estar con alguien más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario