Después de la tormenta con luna líquida te escribo, puntito azul.
He llovido mucho en los recientes días, en su mayoría, son gotas de felicidad.
Después de abrir la caja de Pandora, algo ocurrió en el universo, en mi mundo, que empezó a girar diferente.
Recuerdo cuántas veces me decías de mis enormes ojos miel y el día que mencionaste el color de mi cabello y cual niña en pleno berrinche, te contesté mal y pese a eso, te quedaste. Aguantaste todas mis rabietas de niña caprichosa, malcriada y mimada; bajándome el drama con una palabra y si embestía de más, con una canción.
Hoy te creo, todo lo que decías, cada palabra hermosa con la cual te referías a mi. Hoy veo que es una realidad y apenas me lo creo, apenas lo vivo. Hoy, me creo.
Fue un honor, inspiración al instante, un delicioso placer, un pecado no cometido, un secreto a voces, un orgasmo al espíritu, una lujuria inconfesa, que hayas cruzado por mi vida.
Desde mi amor con agradecimiento infinito, donde quiera que estés; que el amor bese cada uno de tus pasos.
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