Gracias por
desdoblarte de mis letras y formar parte de mi mundo "real" por unos
instantes, por hacerme sentir cosas insospechadas pero verdaderas, por que viví
en una hermosa nube rosa, no contigo ni junto a ti, si no por ti.
Gracias por
que sin conocerte, conocí lo que quisiste y solamente esa fracción, tal vez
mínima y no tan veraz de ti es, no lo más cercano a mis sueños pero si a ese
ser perfecto que siempre quise para mí.
No se puede
perder lo que nunca se tuvo y sé que nunca serás mío, que tal vez ni siquiera
te acuerdes de que existí en tu vida.
No puedo
garantizar que tu recuerdo será eterno, pero tu nombre pronunciado por mis
labios se quedó tatuado en cada fibra de mi ser.
Bienvenido a
mis imborrables eternos...
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