Esto me va a doler más a mi que a ti.
No te encontré. Te perdiste.
Tenía la hoja en blanco, la tinta azul, la ventana abierta, la noche a punto, faltabas tu y ...no llegaste.
Te busqué dentro de mi, dentro de cada una de mis vísceras como si al desgarrarme el corazón aparecieras, navegué en mi sangre y casi me ahogo, pero no estabas, escalé sobre mis huesos, y juraba que me esperabas en la columna vertebral que tantas veces se estremeció sólo con tu presencia y no había rastros de ti.
Me traicionó el silencio y dejó hablar a mi mente. Y en ese instante lo supe: entre más te acercas, más me alejo.
Y ese hombre de fuego que quería para mi, es un témpano de hielo que mi calor no derrite.
Sólo hubo vacío y mis lágrimas cargadas de desilusión aderezadas con desamor.
No pude inventarte ni reinventarte como lo he hecho en las más de treinta madrugadas recientes. No pude desdoblarme para idealizarte pero si para plasmarme. Es tan grande mi decepción de ti, que mi inspiración no te percibe como antes.
Tal vez sea solo hoy, pero no siento el cosquilleo en el bajo vientre solo de pensarte y la única humedad está en mis ojos, que llueven.
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