"Si." Te contesté sin pensar.
Me pediste razones. Te las vuelvo a dar, ahora por escrito.
Te conozco desde hace algunos años y sé la maravillosa persona que eres, lo que no eres y lo que puedes llegar a ser.
En tantas cosas eres tan parecido a mi. Tienes la capacidad de hacer un comentario gracioso a la mitad de una conversación seria, eres irreverente, irrespetuoso, ingenioso, se te va la boca y eres impertinente. Reconoces tus errores y eres directo, no piensas en las consecuencias de lo que dices.
Eres tierno, dulce, lindo, adorable, me inspiras en ocasiones unas ganas locas de abrazarte y comerte a besos y de "versarte" de vez en cuando.
Me gusta tu lado poeta, de escritor urbano, tus aventuras insólitas y el amor que le tienes a tu profesión.
Es tan agradable poder ser yo, contigo. Tal cual, insolente, atrevida, necia, caprichosa, determinante y sin miedo decirte cuando sacas un as bajo la manga y me haces soltar una carcajada: cabrón.
Puedo hablar de todo contigo, sin tapujos ni límite de tiempo. Conozco tus amores y amoríos y tu conoces los míos, incluso a mi ya-parece-eterno muso.
Conoces mis ideas locas y disparatadas. Me has visto feliz, enojada, llorando y llorosa, así como patéticamente enamorada.
Si, podría considerar la posibilidad de endulzarnos mutuamente la vida, de reírnos por tonterías, de curar al mundo con curitas y remendar corazones rotos.
Sé que no pasará desapercibido, pero ya formas parte de mis letras y de mis imborrables eternos.
Bienvenido.
21/03/13.
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