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martes, 9 de abril de 2013

Se me olvidó.


Se me olvidó decirte: ya no te amo.

Sé que no es un olvido cualquiera, pero ya me conoces, soy distraída y de repente cualquier cosa se roba mi atención.

No quiero decir que no me intereses, ni que existe algo que me entretenga más que tú, bueno, así leído se entiende mal.

Seguramente algún pensamiento, una canción, un libro, un extraño en la calle, sus ojos, su sonrisa, su voz, su forma de decirme "mi amor", el café de hace rato o los hermosos zapatos del aparador me distrajeron de la idea principal.

Es tan difícil concentrarme cuando me mira y con sus ojos en los míos se adentra en mis secretos más profundos sin decir una sola palabra.

Lo siento, tesoro, te decía, no sé en qué momento pasó, pero me desperté y sentí que eras un perfecto desconocido.

"Un perfecto desconocido" eso era antes de cruzarse en mi camino y arrebatarme el aliento cada que me sonríe.

No, como te iba diciendo, un día al amanecer no fuíste ni siquiera un pensamiento, traté de recordar por que estaba enamorada de tí, a que sabían tus besos, cómo se sentían tus caricias, tu dirección, tu número de teléfono, tu fecha de cumpleaños, dónde nos conocimos y me perdí.

Me perdí definitivamente cuando sus manos rozaron las mías y sentí una descarga de electricidad que llenó todo el espacio.

"Espacio", fue lo que siempre te pedí y decidiste que era mejor ahogarme, pegarte a mi vida como calcomania permanente y tratar de controlarme en todos los aspectos, limitarme y ser mi dueño.

Mi dueño, el de mis letras, el que hace temblar toda mi columna vertebral con su risa, me arranca suspiros sólo de pensarlo y me alegra el día cuando dice mi nombre.

Mi nombre y también mi apellido se desprendieron de tí, así como cada célula de mi cuerpo se desintoxicó al no tenerte cerca y mis oídos se limpiaron de tu voz.

Voz, su voz,  profunda al hablarme de cerca y es diferente el tono cuando se dirige a mi y es tan musical que me distrae.

Me distrae, como verás, el que mi mente viaje por mundos que tu ni en sueños conocerás y que tus alas sean tan cortas para emprender el vuelo.

Vuelo y despego los pies del piso cuando su cuerpo se acerca al mío y se siente tan atraído que tiene que abrazarme para liberar la tensión y relajarse.

Relajarse...si, relájate. Disculpa las abruptas interrupciones pero en mi ensueño no pude evitarlo.

No pude evitarlo, me enamoré y lo amo.

Es justo que lo sepas, yo dejé de interesarte hace tanto tiempo o eso me hiciste creer, tanto, que le dí la bienvenida al olvido y se me olvidó decirte que ya no te amo.

3 comentarios:

  1. Lo peor del amor cuando termina
    son las habitaciones ventiladas,
    el puré de reproches con sardinas,
    las golondrinas muertas en la almohada.
    Joaquín por supuesto

    Es interesante.. y cuando se trata del olvido .. será el olvido...

    Me gusto ! saludos!

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